El miércoles esperábamos conocer otro clasificado a cuartos de final de la Copa Sudamericana y en lugar de eso ahora esperamos conocer las sanciones de la CONMEBOL, pues el organismo decidió cancelar el encuentro tras la imposibilidad de garantizar la integridad de jugadores y espectadores.
El partido de vuelta por los octavos de final entre Independiente y Universidad de Chile, disputado en el Estadio Libertadores de América, terminó en un verdadero escándalo que trascendió lo deportivo y puso en jaque la seguridad en el fútbol sudamericano.

Cronología de una noche violenta
Un día antes del partido comenzaron los incidentes con robos de banderas y enfrentamientos entre barras. Pese a los antecedentes, la seguridad falló: hinchas de Universidad de Chile ingresaron con bombas de estruendo, proyectiles y armas blancas al estadio.
La barra de la U, localizada en una tribuna alta sobre una barra de Independiente, fue quien durante el primer tiempo, rompió un baño y lanzó objetos hacia abajo, incluyendo butacas, materia fecal y mampostería.
En el entretiempo, se desataron nuevos hechos de violencia con asientos incendiados y una bomba de estruendo lanzada hacia una zona familiar, lo que provocó la reacción de la hinchada de Independiente. Para ese momento el partido iba empatado a 1 pero los chilenos ganaban la serie.
A comienzo del segundo tiempo, el árbitro debió suspender el encuentro al no haber garantías, mientras afuera del estadio la represión policial y los enfrentamientos derivaron en corridas, heridos y escenas de extrema violencia.
El bus de la U también fue destrozado en el estacionamiento, lo que obligó a la delegación chilena a permanecer varias horas encerrada en camarines hasta ser evacuada de madrugada. Y las cifras del horror: 2 heridos graves con lesiones en cráneo y columna, 11 con lesiones leves y más de 300 detenidos.
Reacciones luego del incidente
Las imágenes generaron rechazo inmediato en ambos países. El presidente de Chile, Gabriel Boric, habló de “irresponsabilidad en la organización” y condenó los linchamientos. Por su parte, el presidente de Independiente, Néstor Grindetti, responsabilizó a la barra visitante y pidió sanciones contra la U.
La CONMEBOL, en un comunicado oficial en su web, informó que el partido quedaba cancelado por falta de garantías de seguridad y derivó el caso a la Comisión Disciplinaria para futuras resoluciones.
Más tarde el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, también se pronunció exigiendo sanciones ejemplares, lo que aumenta la presión sobre la CONMEBOL para aplicar medidas severas.
Posibles sanciones de la Conmebol para Independiente y U de Chile
El reglamento disciplinario de CONMEBOL contempla un abanico de castigos que van desde advertencias y multas económicas no superiores a los 400 mil dólares, hasta sanciones más duras como la pérdida de puntos, la obligación de jugar sin público, cierres de estadios e incluso la exclusión de torneos internacionales.
En este caso, al haberse decretado la cancelación del partido y no la suspensión, el encuentro no será reanudado y el resultado quedará en manos de la Comisión Disciplinaria, solo que diferencia de otros casos, en estos incidentes participaron ambas barras por igual y existe la posibilidad de que ambos equipos sean eliminados de la Copa Sudamericana dependiendo del grado de responsabilidad que se les asigne.
Lo que viene
En un segundo comunicado la CONMEBOL anunció que la investigación ya está en curso y en los próximos días darán a conocer la resolución deportiva y disciplinaria. Independiente y Universidad de Chile, junto con sus barras, enfrentan un futuro incierto tras uno de los episodios más oscuros de los últimos años en el fútbol sudamericano.
Se espera que las sanciones de la CONMEBOL se conozcan antes de finalizar agosto, pues la siguiente fase del torneo se juega el 17 de septiembre y Alianza Lima no tiene un rival definido.